En el mundo del erotismo y la salud, el Punto G de la mujer es con toda probabilidad ala que siempre ha generado más controversia. Para algunas personas la existencia del Punto G femenino no es más que es un mito o una leyenda. Sin embargo, la ciencia médica confirma que el Punto G es una localización anatómica, perfectamente palpable. Y, por tanto, completamente real. ¿Por qué entonces está rodeado de tanto misterio?
Tal vez la principal razón sea que no todas las personas saben encontrarlo, ni en su propio cuerpo ni en el de su pareja, lo que hace que el camino más fácil para dar respuesta a esta falta de pericia sea convertir el Punto G en un mito rodeado de un halo de misterio.
Vivimos un momento socioculturalmente complejo, con las vueltas de tuerca que se viven día a día respecto a la mujer y los roles de género. Cuando todavía estamos con la resaca de la llegada de los estimuladores de clítoris a nuestras vidas, poner de nuevo el foco en el placer de la mujer y en la importancia del autoconocimiento es prácticamente obligado.
Nunca antes como ahora la medicina había reivindicando la importancia de la sexualidad activa y plena como parte del estado de salud general, físico y psicológico del individuo. En este contexto, parece fundamental que cualquier persona activa conozca la respuesta a cuestiones como dónde está el Punto G de la mujer, cómo llegar a él y cómo estimularlo.
¿Qué es el Punto G de la mujer?
El Punto G es una localización anatómica interna que resulta ser una de las más erógenas y sensibles a la estimulación táctil de la anatomía femenina. Se localiza en el interior de la vagina de la mujer, por lo que no puede observarse a simple vista.
La primera vez que se descubrió el Punto G femenino fue en la década de los 50 del siglo 20, gracias al alemán Ernst Gräfenberg, quien lo descubrió mientras estudiaba la uretra de una paciente.
Fue a partir de los años 80 cuando se intensificó su estudio y el Punto G empezó a conocerse en profundidad. Sin embargo, muchos ginecólogos directamente negaron su existencia, en una mezcla entre desconocimiento anatómico y poder imperante de la superioridad masculina, que no estab dispuesta a admitir que la mujer pudiesen tener un punto que provocase tal intensidad de placer.
Es así como comienza el mito sobre la existencia del Punto G femenino. Sus detractores alegaban alegaban la imposibilidad de encontrarlo al realizar una autopsia, y la polémica estaba servida.
¿Dónde está exactamente el Punto G?
Las cosas son diferentes a día de hoy. Los médicos saben a ciencia cierta que el Punto G existe, cuál es su estructura anatómica y dónde se encuentra exactamente.
A diferencia de lo que aún muchas personas piensan, el Punto G no es una especie de botón, sino más bien zona particular de la pared vaginal frontal, en la que cual el clítoris se prolonga hacia la vagina. Encontrar el punto G no es en realidad difícil, ya que se localiza a 3-5 cm del orificio o entrada vaginal.
En importante entender que la vagina es un conducto muscular, y que por eso puede dilatarse, pero que no presenta la misma sensibilidad de forma homogénea en todas partes: algunas zonas de la vagina tienen más terminaciones nerviosas que otras.
En concreto, el primer tercio del conducto vaginal es el más sensible, y es precisamente en él donde se encuentra el Punto G.
¿Cómo tocar y estimular el Punto G?
Para una mujer, conocer bien toda su anatomía íntima es fundamental y requiere algo de paciencia, ya que esta es interna, lo que la hace menos obvia que la de los hombres. Para la mujer la autoexploración de su cuerpo debe ser una constante durante toda su vida. Desde la adolescencia, para conocerse mejor; y a lo largo de toda la vida adulta, para ir apreciando posibles cambios y prevenir enfermedades.
Autoexplorarse para encontrar el Punto G, o encontrar el Punto G de la pareja, es verdaderamente fácil si se tienen claros algunos aspectos sobre su localización y acceso:
- Como ya hemos dicho, el Punto G femenino se encuentra en la cara anterior de la vagina. Esto que quiere decir que, dentro de nuestro abdomen, va a estar en el lado del ombligo, no de la espalda
- La forma más sencilla para llegar al Punto G femenino es tumbándote boca arriba. A continuación vas a introducir tus dedos índice y corazón a través del orificio vaginal. Para hacerlo más cómodo puedes utilizar algún lubricante vaginal, que ayudará a relajar el orificio. Puedes probar a introducir primero solo uno de los dedos, todo de la forma que te resulte más cómoda y natural.
- Ten cuidado de que tus manos estén perfectamente limpias y las uñas limadas. Una vez tus dos dedos estén introducidos en tu vagina, con las yemas de los mismos mirando hacia el ombligo, vas a flexionarlos un poco. Con un gesto similar al de «ven aquí». Lo normal es que notes que el epitelio es diferente en esa zona, con más textura o más rugoso, como si fuera una pequeña estrella de mar.
- En cualquier caso, es perfectamente normal que no lo notes en los primeros intentos. No hay ningún motivo de preocupación. Solamente trata de relajar toda tu musculatura lo máximo posible. Haz algunas respiraciones profundas y estimula toda la zona con tus dedos, menos preocupada por encontrar el Punto G que por masajear a zona.
- Puedes estimularte con distintos movimientos de los dedos, ya sea de arriba hacia abajo, adelante y atrás o bien circulares. Podrás ir notando una rugosidad que se hace más obvia y que pueden presionar. Por detrás de la rugosidad hay una oquedad, como un agujero: felicidades, si notas eso ya has encontrado tu Punto G.
De todas formas, para tener absoluta seguridad hay un truco infalible, porque la estimulación directa del Punto G produce una sensación como de ganas de orinar, ya que está localizado muy cerca la vejiga.
¿Cómo encontrar el Punto G de tu pareja?
- Para localizar el Punto G de tu pareja, colócate frente a su vagina, que debe estar perfectamente lubricada. Mucho mejor si usas lubricante también en tu mano.
- Vas a introducir tus dedos corazón y anular con mucho cuidado, tal vez mejor solo uno de ellos primero para que el orificio se vaya relajando. La posición de tus dedos índice y meñique quedarán va a ser muy importante, ya que deben quedar reposando sobre su vulva, siempre de forma que la posición te resulte cómoda.
- Si tus dedos ya están dentro de la vagina y tanto tú como tu pareja os sentís cómodos, es el momento de hacer el famoso gesto con tus dedos, como si estuvieran diciendo “ven aquí».
Es necesario comprender que cuando la zona no está estimulada el Punto G es una zona pequeña, como un guisante. Será la estimulación la que hará que se inflame y se vaya haciendo cada vez más evidente y protuberante.
Existen diferentes técnicas para estimular el Punto G de tu pareja:
- Existe en el mercado una amplia variedad de juguetes específicos para estimular el Punto G. Con extremo curvado y diseño muy flexible, pueden ser dildos o vibradores. Los «conejitos», que son los que estimulan el punto G y el clítoris a la vez son bastante recomendables y pueden llevar a orgasmos de gran intensidad.
- La penetración desde atrás es la forma más cómoda de acceder a la estimulación de la parte anterior de la vagina, aunque va a depender mucho de la forma del pene, por lo que no siempre se logra estimular el punto G.
Estimulación del Punto G y eyaculación femenina
La pregunta sobre cómo estimular el Punto G es una de las más frecuentes en las consultas de los expertos, y el motivo es el interés por dar altas cotas de placer a nuestra pareja, aunque no sepamos bien cómo hacerlo. Con el gesto de «ven aquí», conseguiremos que la zona se vuelva más y más rugosa. Notaremos que se va hinchando, respondiendo de forma natural a las ligeras presiones y pequeños movimientos que hacemos con nuestros dedos.
Por encima de la zona del punto G se localizan las llamadas glándulas uretrales o de Skene. Estas gándulas se consideran la próstata femenina y son las que van a provocar, en algunas mujeres, la conocida como eyaculación femenina (que no debe ser confundida con el squirting).
Así, aquí tenemos otro de los mitos femeninos a derribar, ya que el squirting y la eyaculación femenina no son realmente lo mismo. En ambos existe una expulsión de líquido, pero en el squirting este ocurrirá a través de la uretra, sin estar relacionado con el placer que pueda sentirse. Por contra, en la eyaculación femenina el líquido, que más lechoso, proveniente de las glándulas de Skene y se va a quedar dentro de la vagina, para ser expulsado después del orgasmo, normalmente al orinar.
¡Esperamos haberte sido de ayuda! Si quieres probar nuevas experiencias, te recomendamos conocer nuestro masaje erótico para mujeres en Madrid.