Punto p masculino

Punto P (o Punto G masculino). ¿Qué es, dónde está y cómo se estimula?

El Punto G en los hombres – o lo que realmente se llama Punto P – es casi tan misterioso como el de las mujeres. O tal vez mas, porque se habla menos del él. ¿Existe el punto G masculino? Todos hemos oído hablar del Punto G de la mujer y siempre ha habido mucho debate en torno a esta cuestión, ¿pero qué pasa con los hombres?

Hoy venimos a hablar del Punto G masculino y resulta que parece que para muchas personas es otro quebradero de cabeza, no se sabe dónde está ni cómo funciona. ¿Y a qué viene todo esto? Pues porque resulta que queremos que los hombres se vuelvan locos, que chillen, que no se repriman, que se aventuren a ir más lejos. Lo cierto es que a veces todo es un poco confuso, pero con un poco de información vamos a ver que la cosa no es para tanto.

Así que, tranquilidad, seguro que no eres el primero en pensar: el Punto G del hombre… ¿Realmente existe? ¿Dónde se encuentra?

¿Dónde está el Punto P masculino?

Entonces, ¿dónde está el punto P del hombre? ¿Cuál es su localización exacta? La ubicación del punto g masculino, como zona estratégicamente sensible en lo que se refiere al placer, se localiza en la próstata. Es decir, en la glándula masculina que produce el semen. La próstata es un órgano relativamente grande, por lo que el acceso al punto P es bastante más sencillo que al punto G de las mujeres.

Se trata por tanto, de un punto que, aunque tradicionalmente es poco conocido durante las relaciones íntimas y la historia de la medicina; cada vez ha ido suscitando más interés, sobre todo por las intensas experiencias de placer que es capaz de proporcionar.

Empecemos por lo más básico. La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductor del hombre y que se va a localizar en la parte baja de la pelvis, por debajo de la vejiga.

Como suele ocurrir en este tipo de temas, algunas personas son reacias a explorar su punto G masculino o punto P, ya sea por miedo, por tabúes respecto a su masculinidad o por considerarlo algo poco higiénico o que podría suponer algún tipo de riesgo para la salud. Hay que ser respetuoso siempre, con los demás y con uno mismo. A veces es posible que aún no se esté preparado, y que el aterrizaje en la exploración del punto P o en el masaje prostático requiera su tiempo.

Lejos de cualquier tabú, la autoexploración es el mejor modo de conocer nuestras propias respuestas. Y, de este modo, alcanzar más y mejores niveles de placer y disfrute.

El punto P en los hombres se localiza en el interior del recto, aproximadamente a unos 5 cm del orificio anal, en la pared anterior, es decir, hacia el lado del ombligo. Desde un punto de vista estrictamente de salud, hay que saber que la próstata crece conforme avanza la edad del individuo, y su estimulación erótica va a ayudar a prevenir los problemas típicos asociados a la edad, como la opresión de la uretra, que no deja pasar la orina.

¿Cómo llegar al Punto P – o Punto G masculino?

La estimulación del Punto g masculino puede ser interna o externa. Pero si queremos localizarlo bien, lo mejor es intentar localizarlo internamente. Sí, algunos no lo van a poner fácil, pero chicos, hay que abrir la mente. ¿Por qué?

Porque la forma más sencilla de acceder al punto G del hombre es introduciendo un dedo a través del ano, así de simple y así de impensable para algunos. Lo ideal es que se haga mientras se tiene una erección y se disfrute al máximo de ello.

Pero como sabemos que para muchos hombres esta idea no va a entrar en sus planes, y que necesitarán algún tiempo para pensárselo, advertimos de que no es algo realmente imprescindible para tener relaciones satisfactorias. Además,  no hay prisa, lo mejor es una aproximación lenta y agradable.

Una vez pasado el esfínter anal continuaremos hacia el recto y, a tan solo unos cuatro o cinco centímetros, en la cara anterior de la pared del recto, notaremos un engrosamiento o bache, de un tamaño de aproximadamente un centímetro: felicidades, has llegado a tu próstata.

Para acceder a el punto P de forma cómoda y segura, lo mejor es utilizar un buen lubricante (recuerda que el ano no tiene lubricación natural, a diferencia de la vagina, por tanto este paso no hay que saltárselo) y, sobre todo, no rendirse. No siempre se encuentra a la primera, pero lo cierto es que está ahí, esperándote, y cuando lo encuentres te preguntarás por qué no lo hiciste antes.

Como consejo, la higiene es básica siempre, y mucho más cuando la zona anal está implicada. Esto incluye las uñas, que deben estar bien cuidadas, limpias y limadas, para evitar posibles arañazos.

La estimulación externa del Punto P también es posible

La mejor forma para estimular el punto P masculino desde fuera es presionando o dando masaje en la zona del perineo. Se pueden ejercer ligeras presiones y masajes circulares, que también podrían hacerse mediante estimulación oral, o naturalmente durante la masturbación.

El perineo es la zona que se extiende desde el final del escroto hasta el ano, y en él se originan los cuerpos eréctiles del pene. Se trata de una zona muy sensible, con gran cantidad de terminaciones nerviosas y con una piel muy fina. Parece sorprendente pero el perineo masculino tiene casi tantas terminaciones nerviosas como en el clítoris, lo que lo convierte en una zona enormemente erógena.

Los hombres que conocen bien su Punto P y saben estimularlo, o gustan de que su pareja se lo estimule; afirman que las cotas de placer alcanzadas son muy altas y las sensaciones difícilmente descriptibles.

El masaje prostático para estimular el Punto P

En fin, no nos engañemos, el masaje protático aún está rodeado de tabúes, a pesar de que multiplique considerablemente el placer masculino.

A través del ano, y de forma más sencilla de lo que pudiera parecer, la estimulación del punto G del hombre es realmente fácil de obtener, ya que la próstata tiene el tamaño de una nuez, por lo que su acceso es sencillo.

Lo ideal es iniciarse uno mismo, autoexplorarse, ya sea con el dedo o con juguetes eróticos, para, una vez conocido, disfrutarlo en pareja si se desea. Conocer nuestros límites es la clave para no sentirnos cohibidos y disfrutar. Cuanto mejor nos conocemos más tenemos para ofrecer a nuestra pareja.

¿Qué provoca la estimulación del punto G del hombre?

Al estimularse su próstata el hombre sentirá como sus contracciones pélvicas se multiplican, lo que dará lugar a orgasmos más intensos, incluso hasta 10 veces. Y a una mayor duración de la sensación de placer. La expulsión del líquido prostático durante la estimulación directa o masaje, hará que aumente la cantidad de semen.

Conviene insistir, aunque resulte obvio, que la orientación sexual no tiene nada que ver con la estimulación del punto P ni de cualquier otra zona erógena. Y que la exploración de este, ya sea externa o anal, provocará placer por pura estimulación de las terminaciones nerviosas. En este sentido, quizás muchas chicas quieran dar el primer paso a la hora de explorar el punto P de sus parejas masculinas.

El perineo es una zona particularmente especial para los chicos, aunque algunos no se hayan atrevido aún a explorarla en profundidad. La realidad es que incluso se pueden tener orgasmos prostáticos sin estimulación alguna del pene, lo cual rompe con muchas ideas preconcebidas. En estos casos, el placer es más generalizado o menos «peneano», para entendernos.

En definitiva, es importante conocer dónde tienen el Punto P los hombres, para experimentar nuevos niveles de placer. La autoexploración relajada y sin prisas de la zona perineal y el acceso a la próstata a través del ano, permitirán al hombre tener conocimiento de formas de placer intensas y muy satisfactorias. Del mismo modo, la estimulación del punto G masculino en pareja, siempre de forma suave y ayudada con lubricante.

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